martes, 25 de enero de 2011

Trayendo a la memoria la fe

“La cabeza de Juan el Bautista” (Mt 6:24), le dice Herodías a su hija pida al Rey Herodes quien le ofrece como presente lo que quiera, hasta la mitad de su reino, después de haberle visto bailar. No le aconseja demandar un gran castillo, joyas, o ningún tipo de bien sino, un asesinato. Y la hija lo pide; tan grande es la influencia de su madre, que la Biblia confirma así fue como Juan murió. Caso contrario el peso que tuvieron en Timoteo las enseñanzas de su madre y abuela. Discípulo de Pablo en las aflicciones y padecimientos por amor a la propagación del evangelio de Dios. Dos testimonios muy distintos. Dos historias que nos demuestran el impacto que una madre puede tener en un hijo. La ruta final que un hijo tome es evidente no recae en la decisión de una madre, porque bien conocemos en cada uno reside el libre albedrío, el dar cuentas de cada una de nuestras decisiones. Pero las manos de una madre moldean, sea para mal o para bien si se siembra con esperanza y fe.

Hace unos días me tocó asistir a un “Baby Shower” donde escuché esta reflexión. Me pregunto si cada madre conoce que así como puede estar nutriendo para bendición también lo puede estar haciendo para destrucción.

"... trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también."

2 Timoteo 1:5

1 comentario:

Unknown dijo...

Ese provilegio y responsabilidad a la vez, recae en la mújer. En los reyes de Israel cuando el Rey seguia los caminos de Dios, se nombra a la madre..