jueves, 26 de febrero de 2009

Quizá

Quizá porque estaremos eternamente en la presencia de Dios; tal vez porque el pan y techo mañana promete sí los tendremos; porque nuestros amigos en Su Hijo nos extienden un corazón verdadero; porque todo peligro, cada angustia, cada lágrima, tiene un propósito, y todavía, uno bueno; porque el más alto puesto, la gloria de las glorias, el enamoramiento como la novela jamás escrita, sabemos algún día han de menguar. Mis huesos se empiezan a secar porque no quiero escribir la historia más triste que lleve como título Conformismo.

No sé, me rehúso a pensar que teniendo el tesoro de la libertad que Dios nos dio en Jesucristo no hemos extendido las alas en el más alto de todos los cielos. Para eso mismo hemos sido llamados.

miércoles, 25 de febrero de 2009

The prayer

Heavenly Father, we come before you today to ask Your forgiveness and to seek Your direction and guidance. We know Your Word says, "Woe to those who call evil good,," but that is exactly what we have done. We have lost our spiritual equilibrium and reversed our values.

We confess:

We have ridiculed the absolute truth of Your Word and called it Pluralism.
We have worshipped other gods and called it multiculturalism.
We have endorsed perversion and called it alternative lifestyle.
We have exploited the poor and called it the lottery.
We have rewarded laziness and called it welfare.
We have killed our unborn and called it choice.
We have shot abortionists and called it justifiable.
We have neglected to discipline our children and called it building self-esteem.
We have abused power and called it politics.
We have coveted our neighbor's possessions and called it ambition.
We have polluted the air with profanity and pornography and called it freedom of expression.
We have ridiculed the time-honored values of our forefathers and called it enlightenment.

Search us, Oh God, and know our hearts today; cleanse us from every sin and set us free.

Guide and bless these men and women who have been sent to direct us to the center of your will. I ask it in the Name of Your Son, the living Savior, Jesus Christ.

Amen.

Text of prayer given by Pastor Joe Wright before the Kansas House of Representatives in 1996.

lunes, 23 de febrero de 2009

El bien y el mal: ¿son relativos?

A menudo se comenta que el mal y el bien son conceptos relativos, que lo que puede ser verdad para mí no tiene por qué serlo para ti. Pero la realidad es que si alguien nos agrede sin motivo alguno, ya el mal sufrido no nos parece tan relativo. Es posible que para mi agresor los conceptos de justicia o dignidad no sean los mismos que yo tengo, ¿o acaso podría yo ser tan arrogante de considerarme con una moral superior? Pues sí, sí que finalmente descalificamos su moral y dejamos de ser tan relativos. Y es que, efectivamente, hay unas morales superiores a otras, y no hay que tener miedo a decirlo porque cuando actuamos lo neutro no se da casi nunca. Cuando trabajamos honestamente hacemos bien, cuando además lo hacemos con excelencia hacemos más bien aún. Cuando engañamos en nuestro trabajo de ventas, hacemos mal, cuando lo hacemos con gente pobre hacemos más mal aún. Cuando no nos comunicamos con nuestra pareja lo suficiente hacemos mal, cuando además la engañamos, más mal... y así con todo.

Todos nos pronunciamos bajo valores morales que vamos asumiendo. Incluso los informativos de radio y TV, que según dicen sus libros de estilo deben ser objetivos y sin juicios de valor, lo hacen continuamente; basta que un presentador del telediario use las palabras terrorista o tortura para confirmarlo.

Cuando alguien ha cometido un hecho injusto contra nosotros o contra un familiar querido, exigimos retribución, venganza... Y aunque existe como una moda consistente en calificar peyorativamente como moralista a quien expone con claridad sus principios acerca del bien o el mal, la realidad se que por mucho que se fuerce no podemos engañarnos indefinidamente. Todos vivimos bajo una moral que rige nuestro comportamiento, pues la realidad es que el bien y el mal sólo nos parecen relativos cuando no nos tocan las narices; pero cuando no ocurre así, todo cambia.


¿Y qué pasa con todas nuestras conscientes e inconscientes acciones dañinas e injustas que han ido quedando por ahí a lo largo de nuestra vida? ¿Exigimos el mismo pago y venganza para nuestro mal que para el de los demás? Cuando un daño ya está hecho, exigimos justicia. Basta con ver a la madre de un hijo asesinado para darnos cuenta, un hecho que se aplica a todos los niveles de mal: pequeños y grandes. En este sentido, si Dios existe, es lógico que Él no sea partícipe del mal y que no se muestre indiferente o atraído hacia lo repudiable. Pocas personas se imaginan un Dios que disfruta o que comparte esencia con el mal. Es más, por este motivo, una de las primeras causas de ateísmo es precisamente la existencia del propio mal en el mundo, pues de entrada suponemos que si Dios existe debe ser esencialmente bueno. La buena noticia es que el Jesús de los evangelios confirma todas estas presuposiciones que Dios mismo puso en nuestro interior cuando nos creó. Pero la realidad que nos muestra este Cristo de la Biblia no es que la respuesta a este continuo problema está en nuestro interior, no, sino que todos hemos hecho mal y que, por nuestros méritos, no podemos ser partícipes de la comunión eterna con un Dios bueno y justo.

HAY ESPERANZA
Todos somos culpables y esa es la mala noticia. La buena noticia es que tras presentarnos ante este cuadro tan espantoso como realista, se produce el milagro, el regalo inmerecido: un inocente paga por todos, absolutamente todos, nuestros errores cometidos y por cometer tan sólo a cambio de que tú lo creas y lo vivas. Se trata de un escándalo, el escándalo de la gracia, el de la libertad y de lo gratuito que tanto indignaba a los religiosos que se encaraban con Jesús. Y es que ese Cristo no es un salvador sino El salvador que pide a las personas que se arrepientan a cambio del perdón pues “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4, 12). Esto era lo que todos buscábamos dentro de nuestro corazón, una respuesta completa y definitiva. Pero, ¡ojo!, este Jesús no obliga, no tiene nada que decir a quien considera que jamás ha hecho algo malo. Por lo tanto, si estás convencido que nunca has hecho nada de lo que debas arrepentirte, entonces decir que Jesús murió por tus pecados no tiene sentido. En cambio, si consideras que hay enfermedad debes saber que Jesús es El sanador, “el camino, la verdad y la vida”, según él mismo te dice.

© delirante.org

http://www.delirante.org/mitos/sufrimiento/bienymal.html

viernes, 13 de febrero de 2009

Prueba contudente de amor



El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros... (Romanos 8,32).

jueves, 5 de febrero de 2009

En sus marcas...

Sí, confieso es parte egoísta: Sin Ti estoy mal; y yo, yo sí quiero bien. Me da una flojera inmensa invertir en algo que sé está seco. Te tomo la palabra que no me involucro en vano. Sí, corro por lo primero, no pienso la intención basta. No quiero la meta en fotografía. Temo por un arsenal polveado. Un suspiro sentado es uno mutilado… por eso dices se secan los huesos y el tintineo del corazón un día deja de sonar.

martes, 3 de febrero de 2009

Damaging message about sex

What is the damaging message about sex so frequently communicated through the media, either directly or indirectly? Abbylin Sellers, author of The Sexual Abstinence Message Causes Positive Change in Adolescent Behavior, identifies six media lies about sex. For each lie, Sellers gives us the truthful message our kids need to grasp:

Lie #1: Sex creates intimacy. True intimacy is built on commitment to honesty, love and freedom. A prostitute may expose her body, but her relationships are hardly intimate.

Lie #2: Starting sex early in a relationship will help you get to know one another and become better partners later. Sex is an art that is learned best in the safe environment of marriage.

Lie #3: Casual sex without long-term commitment is both fun and freeing. A satisfying sexual relationship requires trust--trust which grows only in the context of the life-long commitment of marriage.

Lie #4: If you don’t express your sexuality freely, you must be repressed, sick or prudish. This can be a very intimidating lie, but the facts are that premature sex is bad for your emotional, physical and cultural health.

Lie #5: Sex is freedom. Young people who become sexually active in response to peer pressure to be sophisticated and independent are actually becoming victims of current public opinion. No one is really free who engages in any activity to impress the majority.

Lie #6: Surely God understands that this is the twentieth century! God did not give these rules because he is a spoil-sport. Quite the contrary. Because He is God and because He loves us more than we can ever know, He has told us how to have the best, most satisfying sexual experiences--in the context of marriage.

Josh McDowell

2. Preguntémosle a Dios

Había otro hombre que se creía una persona libre; hacía lo que quería -pensaba-, una que otra conducta repetitiva que le avergonzaba cometer por aquí y allá, nada de qué escandalizarse -se decía-. Otro le mostró: “Jesús le dijo: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34).

Ahora, si una falta nos ha convertido en esclavos, ¿por qué nos jactamos de ser libres?