miércoles, 19 de enero de 2011

Nunca os conocí

Fue como chorro de agua fría; helada mejor describirá la sensación. No me cabía lo que decía el pastor. Mi corazón empezó a palpitar mucho, entre incrédulo y confundido. ¿Entendí bien? Rebobinar audio. Sí, sí fue lo que dijo.

¿Cómo es que él la imaginó como esposa?, ¿cómo es que ella empezó una vida junto a un pastor, un evangelista, como lo más natural? Cómo es que viviendo bajo el mismo techo juntos, orado de rodillas, apretando con fuerza sus manos, tantas, innumerables veces; pronunciado de sus labios al unísono: “Dios mío (...) en el nombre de nuestro Salvador y Señor Jesucristo, amén”; haber compartido de las historias transformadoras de la Biblia a sus propios hijos como ejemplos a imitar; intercambiado opiniones y anotaciones sobre las predicaciones de los domingos. Gestar ideas, remembrar experiencias, planear misiones en los desayunos; dar gracias a Dios por lo vivido en las cenas. ¿Cómo es que esto pasa? A ella… a la esposa de un predicador de las buenas nuevas de Dios.

Decía este pastor de su mujer que después una de sus predicaciones sobre el evangelio, y de las cuales ella había escuchado inumerables veces, le pregunta una vez en el carro camino a casa: "Paul... ¿tú crees que soy salva?"

Les invito a analizar el testimonio de Charo Washer, la esposa de Paul Washer, uno de los pastores estadunidenses actuales con una pasión extraordinaria por la proclamación del único y verdadero evangelio de Dios. En específico para este post: para los que viviendo engañados, creyéndose de Cristo bajo el escudo de lo que no saben se ha convertido en religión, no les llegue el día en que escuchen de los mismos labios de Dios: "Nunca os conocí; apartaos de mí..."

Versión resumida en español y en voz de Paul Washer:


Versión en inglés y en voz de Charo Washer:

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