lunes, 7 de febrero de 2011

Lo recto


Tenemos mucho miedo en reconocer la verdad que nos acusa como seres de mal, para muchas otras cosas seremos muy osados, pero para esto muy pocos. Nos aterra siquiera pensar hasta qué grado hemos afectado a los demás por las innumerables veces que hemos fallado. Nos sentimos baluartes independientes, como si fuéramos piezas de dominó jugando solos. Porque, ¿qué tipo de monstruos seríamos si reconociésemos la real intención de todos nuestros actos?, nos preguntamos. ¿Cómo podría residir en mí tanto mal? Es que no sabía lo que hacía, me excuso; no fue para tanto, le animo a los agredidos aceptar; es que… no fue mi intención. Pero el hecho…hecho está. Y sobra decir sobre lo consciente e intencionado.

“De tal palo tal astilla” dicen. Las circunstancias externas, las que te circundan son las culpables de tu condición. Eres la víctima y nada más.

¿Habrá pensado así Asa, el rey de Judá? Tenía a su disposición todas las tangentes posibles. Como hijo de Abiam, y nieto de Roboam, reyes que nos muestra la Biblia, “hicieron lo malo ante los ojos de Jehová”, Asa pudo haber obrado mal y sin preocupación alguna hacer el falso intento de echar toda culpabilidad sobre ellos. Pero decidió por la osadía, postrarse ante los pies de Jehová, “hacer lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre” y se aferró a su real y mejor herencia en su tatarabuelo David, rey que caminó conforme a los preceptos y mandamientos de Dios.

Y Asa reinó cuarenta y un años en Jerusalén.

1 Reyes 15:9-24

Foto: http://www.flickr.com/photos/7537227@N03/4271082157/

No hay comentarios: