martes, 3 de febrero de 2009

2. Preguntémosle a Dios

Había otro hombre que se creía una persona libre; hacía lo que quería -pensaba-, una que otra conducta repetitiva que le avergonzaba cometer por aquí y allá, nada de qué escandalizarse -se decía-. Otro le mostró: “Jesús le dijo: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34).

Ahora, si una falta nos ha convertido en esclavos, ¿por qué nos jactamos de ser libres?

1 comentario:

Mario Lizola dijo...

"Y conocereis la verdad y la verdad os hara libres..." Muy padre DTB