jueves, 18 de septiembre de 2008

Thank You for our daily bread




No sé si es porque procuro siempre recordar en mis oraciones agradecerlos por cuán ricos son que difícilmente los hago a un lado. Hoy fue una de esas veces donde no quería que se acabaran de mi plato y mi estomago tuviera límite. Quedé más que satisfecha. Esta experiencia me recuerda que no solamente me los das todos los días Dios, sino que además concedes a mi gusto.

Me das y no me voy sin más… he de decirte gracias.

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