Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Cuántas veces
El domingo pasado mi pastor comentaba, entre otras cosas, algo que me dejó meditando: Pablo menciona en una de sus cartas que le había pedido tres veces a Dios le quitará el aguijón de su carne. Como sabemos, no lo hizo y le pidió se bastara en Su gracia. A un lado de meditar sobre el significado del aguijón y sus porqués, nos recalcaba el número de veces de su súplica. Para alguien que estaba acostumbrado a recibir respuestas inmediatas de Dios, tres veces fue demasiado. En nuestro caso, ¿cuántas veces olvidamos lo que pedimos, no creemos Dios tiene poder para conceder a nuestras peticiones, o dudamos de las respuestas?
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