viernes, 29 de agosto de 2008

Después de aquí

El momento después de la desaceleración, el que está justo antes del empiezo del ciclo, le aterra. Recuenta el camino sin el corazón tibio, inmóvil. Le marea ver demasiado y opta mirar un punto fijo. Ahí se obliga al silencio, a no inervar, y gota a gota la memoria le trae un nuevo respiro. Una corriente cálida le abarca en paz. Promesa tras promesa son un paso firme en la nube. Ésta le trae en mano frutas en continuo.

...

Ve más claro y qué es allá… un despejado y nuevo panorama en su retrato.

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