La adulación fue, en gran medida, el principio.
Le dijo que la tuvo que voltear a ver, que tenía que conocer su historia. Verse apartada le inspiró confianza y pensando que era un breve fresco que difícilmente podía salirse de control, decidió abrir sus oídos para escuchar. Era algo que no conocía, que sigilosamente le provocó cosquilleos sensoriales hasta atraparla en una burbuja invisible donde enfocaba las cosas lejos e inofensivas.
El corazón dijo primero no querer porque si mal no recordaba, había una promesa por ahí casi olvidada que requería paciencia para extender sus tesoros, pero como vacía de versos que le hubieran esclarecido el juicio para reconocer las advertencias, prefirió tomar los colores y se dejó llevar.
A quien te puede extender su paciencia y misericordia, poder para que te alumbre cualquier tipo de luz, imploro.
Espero el final del recorrido, porque eso es, uno que ciertamente acabará.
2 comentarios:
Almita tu escribiste esto???
mmm si :$
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