miércoles, 2 de abril de 2008

Los colores del iris


Seguro se operó y trae unos diamantes disfrazados entre los colores del iris. Antes, la fotografía no les podía encontrar luz ni cuando le daban la cara al sol en mediodía. Eran opacos como el cacao y más profundos que un túnel gris sin ventanas donde contrario a la naturaleza, su recorrido no terminaba en un resplandor sino en tinieblas rojizas y calientes...

Si tan sólo te regalara uno solo de sus rayos verías el despliegue de un arcoíris tibio que, entre neblinas y capas de smog, alcanzaría a verse hasta la última esquina de los otros continentes.

Digo que es un cromosoma mutante que le altera el ángulo del globo ocular que propicia que todo haz se multiplique sin cesar, como la misma función de una pirámide, pero ahora en diminutos sobre diminutos.

Más peligroso es los efectos sensoriales que provocan; te exportan a tierras donde irónico pensar, ya que el sentido de la vista fue el medio, el cuerpo pasa a segundo plano y se ve como ese pedazo del humano único a pesar, permite que las esperanzas del espíritu y alma sean capitanes.

Tal vez sean como La Palabra de Dios en nuestras manos; que imagina un gobernante de una montaña rusa sin caducidad, que promete dirigir no importando cuan larga sea la distancia.

2 Corintios 5:17

No hay comentarios: