lunes, 11 de abril de 2011

Un 10 de abril


Hace un año que en este fecha orábamos para que estuviera despejado el cielo durante la ceremonia y, como sucede cuando Dios escucha las peticiones de sus hijos, nos regaló de mucho más de lo esperado: un Sol brillantísimo que nos prestó de su calor y luz espectacular para presenciar su matrimonio. Felicidades a mis queridos hermanos.

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