martes, 13 de mayo de 2008


Tal vez me resulte fácil ver porque mi ángulo es distinto, externo, o quizá porque como me ha ocurrido con varias verdades de La Palabra, fue hasta que las vi tomar vida en mí que las conocí.

“… ningún consejo es tan inoportuno como aquel que no es solicitado.”

No esperes a un satanás vestido de rojo, con cuernos y con un retrato de llamas por detrás…

Es difícil, lo sé, pero el que busca lo celestial desde temprana edad, encuentra lo que todo joven ha buscado en todas partes y nunca termina por hallar: verdadera plenitud; y no se lamenta jamás de vivir bajo las consecuencias de pecados por comisión.

En estos tiempos, ser un joven creyente muchas implica no temerle a la soledad. La soledad física, nunca espiritual, pues Dios siempre muestra su presencia en todo aquél que le busca como amigo. Me refiero a la carencia de la compañía del mundo que siempre sutil, termina por convencer al joven creyente que los principios de Dios no son vitales para regir su vida.

Siempre recordaré una frase de un joven creyente que ha vivido apasionadamente por Jesús: “Mi corazón tenía un hueco, uno del tamaño de Jesucristo.” Tener poca edad es, pues, un peregrino en el camino… “Mi camino que apague esta inmensa ansia.”

No sé si la literatura me ha perfilado a ser una eterna melancólica, pero siempre me resultará difícil creer que alguien es realmente feliz sin Cristo. Algo falta, o sino por qué tanto exceso.

Dicen…

“Huir del silencio porque éste revela la verdad…”

“Elimínalo con lo que sea.”

Pero,

Si vieras las profundidades que puedes encontrar bajo la voz de Dios….

Sólo confía en el silencio… y escucha.

Y recuerda que…

“Cercando andan los malos, cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres”.


3 comentarios:

Jorge Castro dijo...

Somos seres sociales, asi nos creo nuestro Dios, pero tienes toda la razon, cuando un creyente dice "me siento solo" AGUASSSS!!... ya algo anda mal.

Me gusto mucho este último post.

Tienes el don de no deprimirme!!!

;-)

Mario Lizola dijo...

Muy bueno... Tienes toda la razon... La verdadera soledad e infelicidad es vivir sin Cristo... Me gusta mucho que no seas tan obvia a la hora de escribir... Para un creyente no hay nada mas bonito que un momento a solas con Dios... Y como seres humanos el Señor nos llama a no edurecer nuestro corazon y dejarlo entrar "No endurezcáis vuestro corazón". -Salmo 95:8

Anónimo dijo...

Me gustó...... y a la vez, tienes razón, jeje