Alfonso de Virues
Jesús, Señor amable,
Rey santo y admirable,
Invicto Vencedor;
Que si al mortal visitas,
El torpe error le quitas,
Y en cambio das tu amor:
Cuando al hombre lloroso
Escuchas bondadoso,
Le ilustra tu verdad;
Su ruego cuando atiendas
Su gratitud enciendes,
Y exaltas su humildad.
A todo bien excede
Lo que de ti procede,
Ya pena ó ya perdón;
Tú eres del triunfo palma,
Gloria eres tú del alma,
Y paz del corazón.
Jesús, tu nombre santo
Será de hoy más el canto
Que nuestras voces den:
Tus perdones benignos
Nos lleven tan indignos
A tu eternal Edén.