lunes, 23 de junio de 2008

En un momento te manifiestas directo y te veo a los ojos, el minuto que sigue, no sé, se forma un gran nudo en mi vientre porque no sé dónde encontrarte. Muchas veces no recuerdo por qué has permitido que el mundo se dirija a mí en lenguas extrañas y me veo corriendo a gritos en un puente suspendido. Me enfado de mi voz pues ahora me asusta ver un poblado a lo lejos entre llamaradas, sostenido por una gran columna desgastada a punto de quebrar. Me arrodillo y te alabo por saberme distante, analfabeta terrenal. Justo debajo, mi piel toca una textura tibia y almidonada. Sigo con mis manos su contorno y me doy cuenta que estoy sobre una ala blanquísima que al parecer no tiene fin.

Me recuesto contemplando los blancos sobre blancos y tu murmullo se hace a una con mi respiración hasta llevarme al sueño.

Cuando despierto, una armadura brillante me espera tendida.

…En la distancia, se oyen fuegos desmoronarse contra escudos.

miércoles, 18 de junio de 2008

Los eternos veinticinco

Dios siempre se encarga de equilibrar todas las cosas. Mi hogar no es la excepción. El lado agrio siempre necesitará del noble y dulce.

Dios guarde y siempre bendiga sobremanera a una gran parte de este mi lado... Felicidades Ana, a Dios le doy gracias por darme la bendición de tenerte un año más en mi vida.

Aquí ahora, en Hermosillo o que sé yo, mañana, Dios siga demostrando su noble corazón a través de ti.

lunes, 16 de junio de 2008

Él sí...

Es que él sí era un valiente: con mitad del corazón roto pero firme arriba observando con aire limpio desde la cumbre.




martes, 3 de junio de 2008


Tal vez con cada desilusión se construye el camino al tesoro.